Opiniones, Confesiones y Traumas del Director: LUIS TRAPIELLO
LA CUENTA ATRÁS
No entiendo los relojes… cuentan el tiempo! Te van avisando a cada segundo de que te queda menos. Nunca he usado reloj, y me dice Tato que será porque no tengo que cumplir horarios; tal vez no cumplo horarios por empeñarme en no llevar reloj, no lo se. El caso es que el marcador de la cuenta atrás, ese peluco inverso, aún más cruel que los que avanzan, situado en la parte superior de esta página, me está matando. Queda tanto por hacer, y a cada instante ese implacable instrumento del demonio me va recordando de reojo que queda un instante menos. De todos modos, se que vamos a conseguirlo, que al final habrá cabeza caliente, (la mía propia desde hace un año, sin ir más lejos ), que habrá cárcel, que Javi Vallejo y María Lorences están consiguiéndolo todo quemando el teléfono y quedándose sin comer, que Robertín logrará construir la casamata y será auténtica, que Susana se va a dejar las pestañas para tener el mejor vestuario, que Tato sí que es el Señor Lobo y el alma de esta fiesta y que estando él, yo estoy seguro y los demás también; que Geno, que es diminutivo de Generoso, lo va a hacer todo posible; que María Botto, que es un encanto y una actriz maravillosa, lo va a dar todo y nos va a hacer muy felices, igual que Celso Bugallo y quien venga en lugar de Juan Diego (gracias por todo Juan), y por supuesto cada uno de los demás actores, que siendo muy grandes hacen papeles muy pequeños encantados. Gracias Jose Manuel, Irene, Paco.. y el resto de técnicos y quienes se han sumado a este proyecto con entusiasmo y además sin cobrar. No hace falta decir lo que agradezco a Manuel Vicent lo que ha hecho por este proyecto. Me estoy poniendo sentimental así que muchas gracias a todos; vamos a contar una historia con corazón, y espero que, además de la cabeza, todos pongamos el corazón. Os quiero…, pero quitad el reloj por favor.
LA CASAMATA
La cosa va como sigue: hay que construir una casamata. Una cosa que ha habido que mirar en el diccionario, no lo neguéis, para ver que era búnker, nido de ametralladoras o similar. Pero por si acaso buscamos La Candanosa, un nido oculto en la cordillera cantábrica de cara a León, caminando monte arriba y abajo el Puerto de Pajares en chanclas (muy cerca de ahí mi abuelo, un minero-poeta cavó trincheras para defender el frente de Asturias).
En el sector Alto de Aralla-Pola de Gordón, Fontañán, Peña de los Machos.. a Geno, nuestro amado productor, se le hizo presente de forma súbita su infancia feliz de veraneante en Castilla y a través suyo tuvimos una regresión de cazadores de pájaros, esto era un descampado.., allí vivía aquella niña y el olor a cloro de la piscina en la piel.
En la soledad de San Isidro me atacó un enjambre de abejas asesinas buscando el Fortín Alboleya a 1.443 metros de altura y pensé dentro del búnker en las terribles penalidades que habrían pasado aquellos hombres y que yo era un alfeñique.
Entonces decidimos que mejor será construir una casamata en los alrededores de Valencia de Don Juan, esa Arcadia mítica donde los mineros asturianos ascienden a sacarse las humedades de tantos años de turnos de hulla en el furacu hasta pasar a mejor vida, una especie de purgatorio solar soñado desde la niebla de Asturias, esa niebla que, como dice el maestro Manuel Vicent, se confunde con la conciencia.
Después de sopesar posibilidades del tipo una piscina plegable invertida, etc. Roberto sólo lo ve claro si la hacemos de verdad, encofrando y con hormigón. (Menos mal que no le pedimos tener de fondo la Abadía de Westminster).
Volvemos a la idea de una casamata de verdad y tras haber descartado las construcciones del centro de Asturias, más de 50 en Les Regueres, haber descubierto que al lado de las oficinas de Blaster, detrás de la nave de Alimerka, queda en pie un nido de ametralladoras, tras haber consultado “La maginot cantábrica” y a su autor, a una asociación que lleva patrimonio abandonado de la guerra civil y pasarnos ahora a contactar con especialistas en restos situados en la Sierra de Guadarrama, Brunete, etc. y ver que ese es el lugar y el paisaje ideal, volvemos de nuevo a la loca idea de construirla: o sea, acabar de localizar el lugar idóneo, que ese predio no pertenezca al Tío Aquilino que no va a haber quién lo convenza de reeditar la guerra en su territorio, conseguir ayuda del Ayuntamiento, o no; que vayan los albañiles en pleno Agosto, llevar electricidad para la hormigonera, agua, materiales a un lugar donde no llega la carretera, contar con que habrá que destruirla y recoger todos los restos en un camión… y así todo. Mañana veremos qué más nos depara este extraño oficio de ir componiendo retablillos por esos campos de dios.